¿Por qué nos permitimos ser la amante de un hombre casado? ¿O estando casadas nosotras mismas, por qué nos enamoramos de otro?
Somos mujeres, somos valiosas y merecemos algo mucho mejor que el juego de los amantes.
¿Por qué nos permitimos ser la amante de un hombre casado? ¿O estando casadas nosotras mismas, por qué nos enamoramos de otro?
Somos mujeres, somos valiosas y merecemos algo mucho mejor que el juego de los amantes.
No caminemos por la vida escudándonos y evitándonos unos a otros, porque podríamos estar perdiendo la oportunidad de formar una hermosa amistad con quien menos lo esperábamos.
Estemos siempre dispuestas a tender una mano amiga y a dar una oportunidad a las personas con quienes nos encontramos día a día.
La vida es como un árbol que da frutos: en ocasiones lo ignoramos, otras veces escogemos probar sus frutos.
—¢ Unos frutos son dulces, buenos y añaden placer a nuestra vida.
—¢ Otros frutos son amargos, agrios, están pasados, pudriéndose y nos hacen mal…
Hay quienes siempre escogen vivir amargadas y quienes siempre buscan lo mejor para disfrutarlo y compartirlo. La elección es nuestra.
Pero puede que ese no sea el problema, y en realidad, aunque duela reconocerlo, el problema resida en nosotras mismas:
Las personas que dan amor siempre reciben amor. No debemos esperar que se nos quiera y aprecie por quienes somos si sólo somos capaces de ver nuestros problemas: Si sin esperar nada a cambio entregamos amor y ayudamos a los demás, sin duda dejaremos de sentir soledad.
Tenemos una gran necesidad de sentirnos bien y trabajar en nuestra autoestima…
Podrás conocer muchas revistas y miles de libros, incluso te informarás acerca de la autoestima por muchos medios… Pero mírate mujer:
Debes conocerte desde tu interior, descubrir cuan valiosa eres, amarte y aceptarte. Todo comienza por ti, por tu interior.
Y nosotras repetimos una y otra vez que todos los hombres son iguales, lo cual no es del todo cierto pues algunos son peores.
Hay muchas cosas que las mujeres no entendemos de los hombres, muchas de ellas jamás tendrán respuesta…
Porque eso de ser una Martha Stewart, esclava de la cocina, lavandera profesional, amamantadora sin salario, barbie de tiempo completo y sobretodo una romántica solitaria sin remedio, ya no funciona, no con los hombres actuales.
El amor es un sentimiento que se construye de forma dedicada, paciente y con mucho esfuerzo. A primera vista no puede darse ninguna de estas condiciones.
A primera vista podemos emocionarnos y sentirnos atraídas, pero el amor va mucho más allá de eso. Eso puede ser parte proceso del enamoramiento, pero amor no es. El amor a primera vista no existe.
Hay hombres que nunca paran de trabajar, tanto así que pareciera que nunca tienen tiempo para nosotras…
Trabajan sin parar, tal vez por el sentido de responsabilidad hacia nosotras, el deber que sienten por proveer y compensar sus deficiencias personales. Pero deben saber que también necesitamos su atención y tiempo personal, o el amor y la relación se resentirá.
Despertar a los niños, preparar el desayuno, vestir a los niños, llevarles al colegio, pensar en el menú del día, limpiar, coser, comprar, planchar la ropa del marido, preparar la comida, barrer, sacar polvo, poner la lavadora, tender la ropa, recoger la ropa, poner la mesa, recoger la mesa, lavar los platos, limpieza de la cocina, limpieza del baño, cuidar las plantas, cambiar las bombillas, planificar los gastos, limpiar los cristales…