Llegaron las fechas de Navidad y muchos pensamientos vienen a nuestra cabeza. Recuerdos, tanto tiernos como amargos, metas y objetivos, logrados y aún por lograr… economía, lo que queremos y lo que aún no podemos permitirnos. Esta reflexión te gustará:
La Navidad está llena de recuerdos:
En estas fechas navideñas, mil y un pensamientos llegan a mi mente, sobre todo la melancolía de saber que en la mesa una silla permanecerá vacía… Sin duda los recuerdos estarán presentes, y los sentimientos a flor de piel; pero tampoco faltarán los abrazos, algunos fingidos y otros llenos de amor… y a mi mente también vendrán recuerdos dulces y amargos, algunos momentos con risas, y otros con lágrimas… incluso algún que otro beso perdido del ayer.
En Navidad se trata de lo que podemos dar:
Pero, ante todo, esta Navidad quiero estar con el alma abierta a toda posibilidad de dar y de recibir ese amor que nos alimenta por dentro y nos hace sentirnos fuertes para continuar.
Una Navidad sin tenerlo todo:
A veces la vida nos pone límites, nos hace pasar por necesidades económicas, y con ello el malestar de darnos cuenta de que esta Navidad no podremos comprar, regalar o tener tal o cual cosa… Tal vez sea por tiempo, tal vez por el precio… la cuestión es que algo habrá que desearíamos comprar y no podamos.
Lo material no lo es todo:
Quién sabe, quizás, aunque no tengamos el típico pavo en la mesa, sí tengamos lo más preciado que debemos agradecer: nuestra familia y amigos; ¿y qué mejor regalo que un abrazo fuerte y sincero? A veces no logramos entender lo maravilloso que es tener cosas más valiosas como la salud, el bienestar, o la dicha del poder contar con una mano amiga…
En lugar de sentirnos limitados por lo que no tenemos, deberíamos estar rebosantes de esa inmensa paz que nos traen estas fechas, las amistades y las sonrisas de los familiares.
Las metas y objetivos de cada año:
En estas fechas, es típico pensar tanto en lo logrado como en lo que no. Y aunque no todo es motivo de celebración, ¡no te dejes decaer por ello! Deja que todo fluya, vive el cada día de estas fiestas y disfruta. Todo lo que necesitas irá llegando aun sin pedirlo…
¡Feliz Navidad!
Si caen lágrimas en tu rostro que sean de felicidad; que la sonrisa ilumine tu faz y te haga ser auténtica. Regala abrazos, ¡muchos! Y, sobre todo, disfruta cada día como si fuera el último en tu vida. Sólo así es como se logra la felicidad…
¡Que esta Navidad tus anhelos se vean cumplidos! Feliz Navidad.
© Autor: Edith Cervera.
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