Muchas veces escuchamos historias de personas que se van a otros países a buscar una mejor suerte.
El anhelo del emigrante es un cambio de vida, lograr una mejorar una la situación de vida, como tal vez poder darles a los hijos y la familia una mejor vida y educación que de otro modo no podrían tener.
Siempre estamos en búsqueda de la felicidad, anhelamos irnos a otros países para hacer «una nueva vida», realizar nuestros sueños lejos de todo cuanto hemos amado…
Nos ponemos tan ciegos con querer alcanzar todo lo que está afuera que nos olvidamos lo que tenemos a nuestro lado.
Cuantas veces hemos pensado en ese amor que se ha tenido, y por motivos que muchas veces no comprendemos, no pudo ser,
o no resultó.
Esta es la historia real de una amiga:
Tu amor era lo más importante para mí, te conocí a través de Internet, ¡y cuántas horas lindas pasamos entre chat y chat, postales, regalos que nos enviábamos y que nos hacían muy felices!
Todas mis noches y mis días eran para ti, todas esas ilusiones las soñamos juntos, planificando un hogar y una vida común. Todo era un bello sueño de amor. Yo lejos de ti, con un continente que nos separaba, pero no nos importaba porque eramos el uno para el otro.
Hola mis amigas,
Hoy seguimos con nuestros artículos de amores lejanos…
Si tuvieses que dejar tu país, tu familia, y tu gente para estar con la persona que quieres, ¿te irías?
Intentemos ponernos en el siguiente escenario:
Mi vida era muy aburrida, estaba muy sola y deprimida, nada parecía tener importancia… hasta que un día me puse a usar un computador, entré a un chat y conocí a un ser muy especial que me sacó de mi mundo que hasta ese momento carecía de sentido. Poco a poco se fue adueñando de todos mis pensamientos y actos…
