Alguna vez todas nos hemos puesto nerviosas ante un auditorio:
Pero como la tierra no se abre y no nos traga… ¿qué debemos hacer? Es simple: enfrentar nuestros miedos, enfrentar a nuestro público.
Los miedos son los miedos.
Una le puede temer a las cucarachas, a insectos, a los murciélagos (yo les he temido) pero cuando se habla de vestidos blancos, anillos, compromiso, altares y bodas una buena parte de los hombres sufre de pánico, terror y miedo.
Tanto así que puede que desaparezcan… ¿Por qué le tienen tanto miedo al matrimonio?
Cuando iniciamos una relación de pareja empezamos a imaginarnos como será nuestro futuro al lado de esa persona: hacemos planes, volamos por los años hasta la vejez y soñamos con que el sentimiento que hoy habita en nuestro corazón nunca muera.
Pero a veces el sueño se termina y ese amor que adornaba el jardín de nuestra alma con las más frondosas flores se marchita, y lo que antes era un espléndido jardín ahora no es más que un conjunto de flores muertas.
Por lo general, cuando nos referimos a los matrimonios y relaciones desintegradas, solemos señalar al hombre como culpable
Hacemos énfasis en el abandono que sentimos, en la tristeza que nos dejó por su marcha…
¿Pero, quién tiene la culpa? ¿Él, ella, ambos? ¿Quién suele tener mayor culpa si la relación no va bien?
Parece ser algo que sucede en todas las relaciones, todas las parejas, por buenas que sean, acaban pasando por una etapa de rutina
¿Por qué sucede esto? ¿Cómo se puede evitar? Debemos esforzarnos, motivarnos, buscar cosas en común, mostrar interés en los sueños de la pareja y hacerle partícipe de los nuestros.
¡Qué felicidad! Ayer fue el día de la mujer, hoy es el día de la mujer, mañana será el día de la mujer… ¡Los 365 días del año son el día de la mujer!
Pero este día, el día internacional de la mujer, hago un alto para dedicarte este homenaje, a ti mujer, sí, a ti que has hecho historia en todos los ámbitos del mundo, y a ti, mujer que te has quedado en el anonimato, construyendo con suspiros de ilusión las paredes de tu corazón para darle refugio a tus mas nobles sentimientos…
Hay una máxima en la comunicación que establece que
Por mucho que nos quedemos calladas, siempre estamos diciendo algo. El silencio habla, nuestra vergüenza habla, nuestros gestos corporales y rostro habla… y a veces no dice lo que realmente sentimos. ¿Por qué callar? ¿Por qué no decir lo que sentimos y creemos?
La etapa de noviazgo es un maravilloso tiempo de ilusiones en la que sólo pensamos en ser felices y en hacer feliz a la pareja. Es un tiempo que nos vuelve ciegas de amor, tanto que casi no somos capaces de encontrar defectos a nuestras parejas.
Precisamente por eso, debemos poner especial atención a las señales de alerta de que esa persona no sea adecuada para nosotras. Muchas de esas señales no las percibiremos directamente, tendrán que ser nuestros amigos y familiares quienes nos pongan en alerta.
Casi todas las melodías tienen un punto en común: el amor y la comunicación.
¿Cuántas lágrimas has derramado por él? ¿Cuántas mentiras soportaste? ¿Hasta dónde serías capaz de llegar para retener su amor?
No hay mujer que en algún punto de la vida no fuera victima del amor, de traiciones masculinas, humillación, algún tipo de violencia, indiferencia o frialdad…
Ninguna mujer que ha tenido relaciones amorosas con un caballero, ha logrado escapar impune al roce del romance.
En Toda Mujer es Bella, siempre estamos pendientes de escribir acerca de los temas que más les pueda interesar, por esa razón, cada cierto tiempo abrimos un espacio como este, donde las invitamos a sentirse en confianza para expresar lo que sentimos, lo que nos atormenta y porqué no decirlo, también de expresar nuestras alegrías y gozos,
Muchas veces hemos escuchado decir “no tengo suerte en el amor
Pero en el amor no se debe apostar como en un juego al azar, no debiéramos depender de la suerte para algo tan importante. Si pensamos que nos falta suerte en el amor puede que sea porque no estemos tomando las decisiones correctas, no analizando bien a nuestros pretendientes ni a nosotras mismas.