Las relaciones pasan por etapas, unas mejores y otras peores, a veces sentimos que nos alejamos de nuestra pareja y que el amor muere…
El amor puede dejarse morir, pero si se cuida y trabaja, también puede volver con mayor firmeza y madurez.
No es bonito que duden de nuestro amor, pero dudar un poquito en momentos puntuales es normal y humano.
A veces las personas necesitamos que se nos reafirme en el amor; sólo supone una pequeña inseguridad, un momento de debilidad y necesidad. Si en lugar de rehuir las preguntas inquisidoras aprovechamos la ocasión para reafirmar nuestro amor, podremos fortalecer nuestra relación demostrando que no hay motivos para dudar del amor que nos sentimos.
Las mujeres posesivas no somos aquellas que amamos con la fuerza de un volcán. Asfixiamos con la fuerza de un volcán.
Quien ama no posee, porque las personas que aman saben que las personas no son objetos de los que se deba uno adueñar. Quien posee teme perder y sufre por ello. Quien ama disfruta de la vida y de quien tiene a su lado.
De la misma forma, Internet es una herramienta que puede utilizarse bien o mal.
Si la utilizamos bien podremos aumentar nuestros conocimientos y entablar mayores y mejores amistades. Pero si la usamos mal, podemos destruir las relaciones que ya tenemos.
Todas necesitamos amor, necesitamos sentirnos queridas, apreciadas y deseadas…
Allí donde vamos nos cruzamos con personas que buscan amor. En los estudios, en el trabajo, la cafetería y en la tienda… en todos sitios hay personas deseando encontrar el amor de su vida. En Internet, como en cualquier otro sitio, también.
Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, tienen mayor experiencia y saben más lo que les conviene o no…
Pero a veces los padres protegen demasiado a sus hijos, les imponen demasiadas prohibiciones lo cual provoca más rebeldía. Incluso cuando así logran controlarles, pueden llegar a inhibir su crecimiento hacia la madurez e independencia personal.
No se es familia sólo por los lazos sanguíneos. La familia es más que eso, es algo que se lleva en el corazón.
Madres, padres, hijos, hijas, hermanos y hermanas… todos debemos amarnos y sentirnos bien unos con otros. Para vivir en familia hay que sentirse familia, y eso parte del corazón y del amor.
Todas criticamos y somos criticadas. Nadie se libra de la crítica y de realizar una crítica. Unos son más criticados, y otros son los que más critican…
Pero una mujer valiosa y segura de si misma no tiene necesidad de andar todo el tiempo buscando y señalando los defectos en los demás. Intentemos no criticar, y si realmente es necesario, que sea de forma constructiva, para ayudar.
¿Es posible ser “sólo amigos”, entre hombres y mujeres?
¿Puede realmente, un hombre y una mujer, ser amigos? ¿Por cuanto tiempo?
Las críticas nunca faltan, las dudas y escepticismo siempre estará en boca de todos… pero hay hombres y mujeres que son sólo muy buenos amigos
¿Se puede ser infiel con el pensamiento? ¿Es malo pensar en otra persona cuando se tiene pareja? ¿Si sólo son pensamientos, crees que importa?
Los humanos nos acostumbramos a todo, como a los ojos morados, los insultos y faltas de respeto. Tanto así que a veces lo asimilamos como “parte del amor”.
Esto afecta incluso nuestras propias relaciones, pero no tenemos porqué aceptarlo así, y hay cosas que podemos hacer para mejorar nuestras relaciones, comenzando por educarnos como pareja, en lo que queremos, sentimos y necesitamos.
Pero, ¿a qué se debe que que estamos dispuestas a jugar con nuestros sentimientos y con nuestro tiempo? ¿Por qué no nos valoramos? ¿Por qué no dejamos ese circulo vicioso que sólo nos trae sufrimiento?
Cuando se tiene la pareja perfecta para una misma, cuando junto a él se ha formado con años de dedicación y amor una familia, cuando se tiene la seguridad de estar con la persona correcta, de tener amor, felicidad y fidelidad…
Cuando llega una infidelidad que no fuiste capaz de intuir, no comprendes nada, te sientes impotente, devastada e incapaz de comprenderlo “¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuanto tiempo? ¿Cómo pudo disimularlo? ¿Cómo no me di cuenta? ¿Qué hice? ¿Qué no hice? ¿Tendré algo de culpa?” ¡Confusión, devastación!