Uno ama más… pero otro ama mejor

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A lo largo de toda relación humana, el amor que es cosa de dos, lo idealizamos y soñamos como si fuera posible que las dos personas en la pareja pudiesen amar de exactamente igual modo, pero no: uno ama más y otro ama mejor.

Por lo general, pensamos que cuanto más amor, mejor. Que eso es incluso más sublime que menor cantidad de amor aunque con mayor disponibilidad…  Sin embargo, ¿cómo se mide la cantidad de amor? ¿Será por la cantidad de abrazos, besos, palabras dichosas, sonrisas esbozadas? O quizás ¿por la intensidad en la que el pecho de ese siente el hechizo de la vida? ¿Será el amor una cuestión cuantitativa o cualitativa? La voz popular reza de “que el tamaño no importa” entonces el amor es cualitativo.

¿Cómo se mide el amor?La cuestión está en si se mide el amor por su capacidad de arrasarlo y alcanzarlo todo, o en su capacidad de comprender y cercanía.

Necesitamos agua para vivir, pero si lo recibimos en exceso provoca inundaciones, muerte, enfermedades, proliferación de plagas, pérdidas económicas… Lo mismo ocurre con el amor.

Ningún exceso es bueno, todo exceso, incluso de amor, trae consecuencias dañinas. Cuando creemos que amar más es lo más importante centramos toda nuestra fuerza en la satisfacción de nuestro propio sentir, nos importa lo que nosotros estamos sintiendo y cuando las cosas no salen según nuestra perspectivas nos volvemos “reactivos”, respondemos en forma tajante, defensiva y lastimamos. En nombre del gran amor que tenemos nos volvemos egoístas, buscamos el máximo beneficio con el menor esfuerzo, somos hedonistas. Cuando somos niños, mamá nos ama mejor, nosotros amamos más, con toda la fuerza, con los dibujitos, con la emoción de tener a esa señora que nos cuida y nos protege, pero ¿cuántas veces la hemos lastimado? Hay un tango con letra y música de José Betinotti que dice: ¡Pobre mi madre querida, qué de disgustos le daba! ¡Cuántas veces, escondida, llorando lo más sentida, en un rincón la encontraba! Y en algún punto, todos más o menos podríamos enunciar esos versos.

En cambio cuando entendemos que amar es un asunto de calidad, es cuestión de engrandecer al otro con nuestro sentimiento y por ende eso se refleja en un regocijo personal, nos volvemos seres humanos “proactivos”, con la capacidad de poder callarnos la boca a tiempo para no herir a los demás con nuestros impulsos arrebatados.  La calidad de nuestro amor es directamente proporcional a la calidad con la que tratamos a esos seres que amamos.

Calidad en el amar es escuchar al otro en sus necesidades, identificarnos, cuidarlo de nuestros tratos mezquinos, asegurar sus espacios de libertad, fomentar sus encuentros consigo mismo.

© Autor: Chuchi González.

¿Qué amor prefieres, el grande o el siempre disponible?


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1 comentario en «Uno ama más… pero otro ama mejor»

  1. El amor no tiene medidas, el amor se siente en el corazón. Como se sabe si uno ama más que el otro. No se puede decir tampoco. El que esta metido en una relación tiene que amar de la misma manera que la otra parte, si no es así; esto los llevara al fracaso.

    Como dije al principio quien puede medir el amor? Nadie podrá contestar esta pregunta. Porque si uno ama más que el otro el amor no es verdadero. Lo mejor del mundo es hacer feliz a la otra parte y devolver el mismo trato hacia la otra persona y así vivirán felices.

    Gracias Chuchi por tu articulo hermoso y tan lleno de amor. Las amo. Muuuuaaahh…José

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