Cuando dejamos de centrarnos en nuestros propios problemas y somos capaces de prestar atención a lo que los demás necesitan de nosotros, nos volvemos personas de bien. Es muy gratificante serlo.
No importa lo mucho que haga por los demás, nunca es suficiente
Nos desgastamos intentando cambiar a los demás:
Nos matamos intentando complacer a quien nunca se le puede contentar. Nos agotamos intentando encontrar soluciones a problemas que no son realmente nuestros… la vida se nos llena de estrés y ansiedad viendo que no importa lo mucho que hagamos, las cosas siguen igual en los demás.
¿Por qué no te gusta recibir ayuda?
Hay personas que no tienen ningún problema en aceptar la ayuda de los demás. Si se les ofrece un vaso de agua dicen: “sí, gracias”. Si alguien se les ofrece para quedarse a cuidar de sus niños, responden: “¿En serio? ¡Gracias, eso sería fenomenal!” Y si se les ofrece ayuda con la mudanza no se lo piensan ni un segundo y dicen: “Vale, comienza cargando las cajas que hay en la entrada de la casa.”
La vida tiene sentido
¡La vida tiene sentido!
Lo descubrirás cuando cuando ayudes a otros a ponerse de pie y a andar. Cuando mires más allá de tus problemas, cuando aprendas a aceptarte y quererte, cuando te des cuenta de que no estás sola… la vida cobrará sentido.
Siempre ayudo a los demás, ¿por qué no me ayudan a mí?
Lo das todo por los demás, buscas ayudarles, hacerles bien… estás atenta a lo que necesitan, te sacrificas por ellos… ¿y luego pasan de ti cuando les necesitas? No estás sola en esta dura situación, pero tienes que realizar cambios para que no siga siendo así.
Los problemas de los demás
Hay una frase que dice “Nunca mires a nadie por encima del hombro a menos que les estés ayudando a levantarse”. Y así sucede muchas veces, que sabemos de alguien cercano que está pasando por un mal momento, y pasamos de largo, sin otorgarle una mano amiga.
Qué hacer para ser feliz
“Siempre recuerda que la felicidad no está en las cosas que posees, ni en la ropa, ni los libros… la felicidad está dentro de ti, en tu corazón.” –Shoshan.
Ayudemos a los demás, pero sin olvidarnos de nosotras mismas
El mundo está lleno de personas necesitadas, y algunas personas tenemos especial sensibilidad para encontrarnos con ellas.
Intentamos ayudar a las personas que nos rodean, les queremos y deseamos lo mejor para ellos.
Pero no se puede ayudar a quien no se ayuda a si mismo. Si no tenemos cuidado podrán desgastarnos, abusar de nuestra bondad y quemarnos…
Cuando hay amor, apoyar es un placer
Lo que no se cuenta y lo que no se ve…
A lo largo de nuestra vida pasan muchísimas personas que viven o han vivido situaciones muy dramáticas y de gran intensidad emocional. Muchas veces son situaciones difíciles que por lo general pasan desapercibidas por los demás, situaciones que a los ojos no se ven y de las que resulta difícil percatarse pues ocurren con personas que no dicen nada, que sufren en silencio guardándose todos sus dolores para si mismas.
Muy probablemente conozcamos a muchas personas en situaciones difíciles como éstas, pero no nos damos cuenta de ello porque sólo miramos con los ojos.
Personas que debemos evitar
Todo lo que sale de nuestra boca puede herir y hundir a otras personas. El ser humano es muy sensible a las emociones y las palabras que a veces inocentemente decimos. La palabra tiene tanto potencial para dañar las relaciones que una vez alguien te hiere con sus palabras difícilmente te comportarás del mismo modo con esa persona.
Toda persona que vive en forma negativa nos va a herir. Las personas negativas no deberían estar a nuestro lado, aunque es fácil tener a alguien así en nuestro entorno, amistades, familia, en el trabajo, algún compañero, etc.
Hacer el bien sin mirar a quien
¿Qué es esto de «hacer el bien sin mirar a quién«?
Muy fácil, consiste en que al hacer cosas por alguien simplemente las hagamos, sin esperar agradecimientos.
No busquemos reconocimiento y agradecimiento… hagamos lo que ha de hacerse. A su tiempo Dios nos agradecerá todo aquello que hacemos.