La sinceridad es buena, pero debe ir acompañada de la prudencia.
Seamos prudentes a la hora de hablar y escribir en nuestros muros personales. Nos evitaremos muchos problemas y nos percibirán como más consideradas, amables y maduras.
¿Qué pasa cuando llevas una vida plena, tranquila, dedicándote a realizar las cosas que verdaderamente te agradan, y de repente, de la nada, llega alguien haciendo comentarios malintencionados acerca de tu vida, usando el clásico «dicen por ahí»…?
Los chismes sobran en nuestras vidas, sólo traen problemas y conviene aprender a enfrentarnos a ellos.
Soy de esas personas que siempre están pensando en cómo quedar bien con los demás, y caerles bien. Intento arreglar los problemas de todos, procuro que todos estén contentos, y por eso intervengo, muchas veces ofreciendo consejo a quien no tiene ningún interés en escucharlo. Pero he llegado a un punto de la vida en la que he tenido que tomar ciertas decisiones que harán que me sienta mejor conmigo misma.
A veces es necesario dejar ir el pasado, soltarlo de nuestra vida y reiniciar con ímpetu y afán, creyendo que hacemos lo correcto. Hay personas que nos fallaron cuando más les necesitábamos, y personas a las que nosotras mismas les fallamos cuando más fuertemente debíamos haber creído en ellos. Pero la vida sigue, con los errores de los demás y los nuestros propios:
Por mucho que intentemos vivir vidas honestas y tranquilas… parece que nunca faltarán personas deshonestas que llegan para romper nuestra paz, manipulando la verdad, y contando mentiras…
Es obvio que como mujeres bellas y elegantes, tener que mandar callar a alguien no es algo que nos agrade, pero hay veces que no … Read more
Es una realidad que ninguna vamos a discutir: el hecho de que entre nosotras las mujeres, a menudo, lo que menos demostramos tener es solidaridad.
Lo tomamos como normal, que las mujeres compitamos entre nosotras. A dondequiera que vayamos (en casa, en la escuela, en el parque con las demás mamás y por supuesto en el trabajo), las mujeres nos atacamos sin clemencia: hablando a las espaldas, criticando, juzgando duramente y humillándonos las unas a las otras.