Si llegamos a un consenso, diríamos que revivir una relación pasada cuando se ha sufrido y se han tenido malas experiencias, en la mayoría de los casos no es recomendable.
Sin embargo, en honor a nosotras mismas, muchas veces debemos darnos el “lujo” de mirar atrás para poder reconocer con certeza qué es lo que en realidad estamos sintiendo.