¿Quieres ser una mujer plena? ¿Segura? ¿Atrevida? ¿Arriesgada? Si la respuesta es un rotundo “sí”, felicidades, ya lo eres. Cuando deseas algo con el corazón, lo puedes soñar, y por lo tanto, ya está transformándose en parte de ti.
Cada madre es única y especial
Cada madre es diferente, las hay de todo tipo… y cada cual tiene algo especial y único digno de admirar.
Amamos a nuestras madres, tal y como son.
Seré la mujer que no fui y debí ser
No he vivido la vida que desearía haber tenido, no tomé las elecciones correctas, no supe respetarme y valorarme, acepté un mal amor pensando que nunca podría tener nada mejor…
Pero he aprendido que ningún hombre que no sepa respetarme y valorarme podrá merecerme. Hoy sé que soy valiosa y no tengo porqué conformarme. Hoy decido ser la mujer que yo quiero ser.
Ser anormal no está tan mal
¿Algunas te han tildado de anormal? ¿Te han dicho que no te comportas como el resto de tu familia? ¿Nadie sabe de dónde sacas esas ideas locas? ¿A veces incluso te sientes desubicada?
Claramente padeces del síndrome de la anormalidad.
El peligro de vivir cumpliendo las expectativas de otros
¿Vives intentando complacer a los demás? ¿Tomas decisiones para tu propia vida, en base a lo que esperan de ti?
Incluso las personas que más nos quieren, y que más bien nos desean… pueden acabar impidiendo que seamos nosotras mismas.
Soy simple y complicada a la vez… ¡Pero merezco la pena!
Da igual cómo seas… has de ser feliz de ser quien eres. Has de sentirte bella y hermosa siendo tal como eres. Debes sentirte cómoda contigo misma, con lo que haces y lo que quieres. Simple, complicada, alocada o dormilona, sé tú misma, da lo mejor de ti misma, y si alguien quiere estar contigo… que sea aceptándote así tal como eres.
¿Cambiar yo? ¡Para qué!
Qué triste es encontrarse con gente que sufre de pereza selectiva y no desea esforzarse en nada, ni en mejorar ni ser mejores. Se conforman con ser como son, pensando que no necesitan cambiar nada de su forma de ser, pensar y sentir… diciendo que así como son ahora, lo serán toda la vida, que nada ni nadie les hará cambiar nunca.
Digan lo que digan, sé tú misma
Día tras día vivimos expuestas a un gran número de mensajes que pretenden decirnos cómo debemos pensar, actuar, vestirnos y ser.
Y a la vez, nos dicen palabras bonitas, motivándonos a ser nosotras mismas, originales… pero claro, nos dicen cómo lograrlo. Y si optamos por algo diferente, lo más probable es que vivamos entre señalamientos y críticas destructivas que pueden golpear fuertemente nuestra autoestima y nuestras relaciones sociales.
9 tipos de mujer
¿Qué mujer eres tú?
¿Eres de las que siempre se lamentan, que nunca encuentran quien les ame tal como son y a las que siempre destrozan el corazón?
¿O eres de las fuertes, que viven plenamente, sin importarles nada y sin permitir que le rompan el corazón porque nunca lo entregarán?
Tenemos que encontrar el equilibrio adecuado: Ni vivir llorando entre lamentos, ni evitando tener sentimientos.
Debo ser lo que quiero ser
¿Eres auténtica o un simple espejismo?
¿Haces las cosas porque quieres, o porque los demás esperan que las hagas? ¿Las haces como piensas mejor, o como te dicen? ¿Vistes como quieres, o como agrada a los ojos de los demás? ¿Dices lo que sientes, o lo que pueda impresionar a los demás?
¿Respondes con lo que te gustaría ser, o con lo que realmente eres?
10 cosas que atraen a los hombres y que cualquier mujer puede tener
Más allá de los tópicos, los hombres no sólo se fijan en el físico, también hay cualidades de nuestra personalidad que pueden resultarles atractivos. Son cosas que cualquier mujer puede tener independientemente de su físico.
Descubre 10 atributos en la mujer que pueden serle especialmente atractivos a los hombres…
Desahógate de la gente tóxica
Lo tóxico es malo, y las personas tóxicas nos envenenan el alma, nos amargan el día y nos impiden alcanzar nuestros sueños. Nadie quiere estar junto a una persona tóxica, por lo que no sólo los debemos evitar sino que también debemos cuidarnos de serlo nosotras también.
“Tóxico” es todo aquello que nos intoxica física, espiritual y emocionalmente. Y estas toxinas, aunque nos parezcan verdaderos misiles, provienen del lenguaje; ya sea de la forma en que nos hablamos, nos pensamos, o nos creemos o bien, de la particular manera en la que otros dirigen esa flecha lingüística hacia nosotros.