¿Con qué frecuencia tomas decisiones importantes?
¿Qué decisiones importantes retrasas? ¿A quién le otorgas el poder de elegir por ti?
¿Con qué frecuencia tomas decisiones importantes?
¿Qué decisiones importantes retrasas? ¿A quién le otorgas el poder de elegir por ti?
La vida está llena de dificultades, decisiones incómodas que debemos tomar, escollos, conflictos e inconvenientes…
Es necesario saber reaccionar a tiempo, saber identificar esos obstáculos y realizar cambios y decisiones antes de que sea demasiado tarde.
Las decisiones hay que tomarlas antes de que los pequeños problemas se hagan grandes.
Cuántas veces nos sentimos heridas por algo o aquello que alguien dijo de nosotras… Cuántas veces lloramos por aquello que quisimos decir o hacer y no fuimos capaces de enfrentar estas tensas situaciones que la vida nos impone…
A veces la vida es dura, pero si la sentimos cruel quizás debiéramos mirar hacia dentro de nosotras mismas. Las mujeres tenemos capacidad de sobra para ser fuertes, reponernos y decidir ser felices a pesar de todo. Yo decido ser feliz, tú también puedes hacerlo.
Cuando tomamos una decisión pensamos que es la mejor opción que tenemos en el momento. Confiamos que es lo mejor para nosotras.
Pero las decisiones caducan, porque con el paso del tiempo, con el cambio de circunstancias y con nuestra propia madurez podemos ir descubriendo mejores opciones a la decisión que habíamos tomado. Somos mujeres, somos valiosas… y podemos cambiar nuestras decisiones.
Ser un poco indecisa no es malo, siempre es bueno comparar, mirar y pensar antes de tomar decisiones importantes en tu vida. Todos tenemos algo de indecisión en algún momento de nuestras vida, y muchas veces la falta de opciones no nos deja escoger.
Pero decidir es importante. Debemos ser capaces de tomar nuestras propias decisiones…
Hemos sido criadas en una sociedad de convencionalismos, se nos han inculcado valores y principios de acuerdo a como nuestros padres pensaron que era “lo mejor”, fuimos instruidas para obedecer y muchas veces acatar ordenes de nuestros superiores, ya sea en jerarquías, edad o simplemente a quienes se supone que son la cabeza de nuestros hogar.
La vida es una constante toma de decisiones, sin darnos cuenta estamos diciendo y decidiendo cómo será nuestro día, desde el mismo momento que abrimos los ojos estamos proyectando lo que haremos y en qué orden.
“Me levanto, tomo un baño, les doy desayuno a los niños, los llevo a la escuela, voy a la cita con el médico y cuando regrese hago esa llamada por teléfono tan importante que no hice ayer, mientras decido qué prepararé en la cocina…”